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TikTok ya no decide por ti: así puedes reprogramar tu algoritmo para ver lo que tú quieras

TikTok ya no decide por ti: así puedes reprogramar tu algoritmo para ver lo que tú quieras

¿Quién tiene realmente el control de lo que vemos en redes sociales? ¿Somos nosotros los que decidimos lo que consumimos, o es el algoritmo el que dicta nuestras pausas de scroll y nuestras adicciones digitales? En un mundo donde el contenido se nos sirve como si de un menú degustación infinito se tratara, TikTok ha decidido entregar algo de ese poder de vuelta al usuario. O eso dicen.

La plataforma de vídeos cortos —que ha reescrito las reglas de la atención digital en los últimos cinco años— ha presentado dos herramientas que prometen cambiar las reglas del juego: "Manage Topics" y "Smart Keyword Filters". ¿Será esto suficiente para que los usuarios tomen las riendas de su dieta digital o seguirán dejándose llevar por la corriente algorítmica?

TikTok cambia de piel: más control para el usuario

Desde sus inicios, TikTok se ha distinguido por una propuesta simple pero adictiva: abrir la app y dejarse llevar. A diferencia de redes como Twitter o Instagram, aquí no se trata tanto de a quién sigues, sino de cuánto tiempo te quedas mirando. El verdadero protagonista no es el creador, sino el algoritmo.

Con esta lógica de fondo, el lanzamiento de Manage Topics representa una ruptura significativa. Esta función permite elegir, desde los ajustes de la app, qué tipos de contenidos quieres ver más (o menos). Deportes, arte, naturaleza, actualidad… la elección no es absoluta, pero sí suficiente como para moldear el tono general del feed.

TikTok aclara que no se trata de eliminar temas del todo. Es un modelo de ajuste fino, no un interruptor. Así, si decides ver menos vídeos sobre "viajes", la app reducirá su frecuencia sin borrarlos del todo. Una especie de termostato emocional que puede ir adaptándose con tus intereses.

Filtros inteligentes: el nuevo muro digital

La segunda novedad es Smart Keyword Filters, una herramienta más radical. Aquí no se trata de preferencias, sino de exclusión total. Si hay temas que no quieres ver —como contenido relacionado con cirugías estéticas, dietas extremas o reformas de casas, por citar ejemplos— puedes introducir palabras clave y dejar que la inteligencia artificial haga el trabajo sucio.

El filtro no se limita a bloquear palabras exactas. Utiliza modelos semánticos que reconocen sinónimos, términos relacionados y contextos equivalentes. Un enfoque mucho más sofisticado que el clásico "mute" de Twitter.

Este tipo de herramientas cobra especial relevancia en contextos como el de SkinnyTok, la controvertida tendencia que TikTok ha empezado a limitar en Europa tras recibir críticas por promover trastornos de conducta alimentaria. Con los filtros activos, el usuario puede anticiparse a estos fenómenos y bloquearlos antes de que entren en su radar.

El eterno dilema: libertad o automatización

Estas medidas parecen alinearse con una mayor demanda de transparencia algorítmica, pero plantean una duda de fondo: ¿realmente queremos —o sabemos— configurar nuestro consumo digital? Las cifras sugieren que no.

Desde que los algoritmos se convirtieron en los nuevos programadores de contenido, el comportamiento del usuario ha cambiado. Hoy, pocas personas se toman el trabajo de seguir cuentas. Simplemente interactúan y dejan que el sistema interprete sus gustos. Las redes sociales han hecho que nuestras preferencias se conviertan en datos de entrenamiento, no en decisiones explícitas.

Por eso, aunque la posibilidad de "domesticar" el algoritmo suena bien sobre el papel, lo más probable es que solo una minoría aproveche estas opciones. El resto seguirá confiando en el scrolling pasivo como único filtro.

Más transparencia, pero no total

Además de las herramientas de personalización, TikTok ha lanzado una guía interactiva del feed "Para ti", un esfuerzo por explicar cómo se generan las recomendaciones. Aunque se agradece la intención, sigue sin estar claro en qué momento y con qué criterios exactos TikTok marca un vídeo como "inapropiado" o lo considera perjudicial si se consume en exceso.

Estas medidas no son nuevas en el ecosistema digital. YouTube lleva años aplicando restricciones de edad, y plataformas como Instagram han etiquetado contenidos sensibles. Sin embargo, TikTok enfrenta un reto particular por su capacidad de viralización explosiva, incluso con vídeos que, a simple vista, parecen inofensivos.

¿Una tendencia o un espejismo?

El movimiento de TikTok no está aislado. Forma parte de una corriente mayor dentro del mundo digital: la de ofrecer herramientas de bienestar algorítmico. Google, Instagram y hasta Netflix han incorporado funciones para limitar el tiempo de uso, pausar recomendaciones o elegir géneros preferidos. Pero la clave no está solo en la herramienta, sino en el hábito.

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eleconomista

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