La pulsera para aliviar el dolor promete aliviar la osteoartritis, la fibromialgia y el dolor articular crónico.
¿Y si pudiéramos aliviar nuestro dolor crónico... con una simple pulsera? Este es el reto de una startup de Isère, una filial de la CEA (Agencia Francesa de Energía), que ha desarrollado un dispositivo médico que utiliza ondas milimétricas para estimular la producción natural de analgésicos en el cerebro.
La pulsera contiene un microchip que envía ondas a la superficie de la piel. Estas ondas activan ciertas terminaciones nerviosas y estimulan al cerebro a liberar endorfinas, hormonas que alivian el dolor y brindan una sensación de bienestar.
En la práctica, no se trata de usarlo permanentemente: sesiones de 30 minutos, de una a tres veces al día, bastarían para reducir la intensidad y la frecuencia de los ataques. Los primeros resultados sugieren beneficios para la osteoartritis, la fibromialgia y el dolor articular crónico.
La idea de usar ondas milimétricas para tratar el dolor no es nueva. Se utilizó por primera vez en la década de 1970, principalmente en la URSS, con grandes máquinas instaladas en hospitales. Se reportaron tasas de éxito de hasta el 95 %, pero la evidencia científica seguía siendo limitada.
Desde entonces, se han realizado varios ensayos clínicos en Francia. La pulsera ha obtenido el marcado CE, y dos estudios realizados en colaboración con el Hospital Universitario de Grenoble en pacientes con osteoartritis y fibromialgia han resultado prometedores.
El dispositivo, que se vende como suscripción con un coste aproximado de 40 € al mes, actualmente no está cubierto por la seguridad social. Sin embargo, su desarrollo podría allanar el camino para nuevas alternativas a los analgésicos, que suelen tener efectos secundarios graves.
La investigación va aún más allá. Científicos de la Universidad Northwestern (EE. UU.) han diseñado un implante analgésico: una tira ultrafina que envuelve un nervio periférico y que se enfría a demanda mediante una minibomba.
El resultado: el nervio se adormece y deja de transmitir señales de dolor, como ocurre cuando los dedos se entumecen con el frío extremo. El objetivo declarado: ofrecer una alternativa a los opioides, cuya adicción está causando estragos, sobre todo en Estados Unidos.
RMC
