El libro que te enseña a pensar como un científico
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Francesco Vissani pertenece a esa categoría de científicos que combinan la pasión por la investigación con el compromiso civil en la difusión del pensamiento científico.
En su primera función es director de investigación del Instituto Nacional de Física Nuclear del Laboratorio Nacional del Gran Sasso , mientras que en su segunda función es el creador y alma del Premio Asimov , que desde hace diez años acerca a los estudiantes de secundaria italianos a la cultura científica premiando las mejores reseñas escritas por estudiantes de obras de divulgación y ensayos de género, además de ser el autor, en particular, del libro objeto de esta reseña.
¿Para qué (y para quién) es este libro?Yendo directamente al meollo del asunto, es importante decir de entrada que “La evolución del pensamiento científico desde la Grecia antigua hasta nuestros días” (Springer-Nature, 30,86 euros) no es sólo un libro sobre la historia de la ciencia, o la epistemología, o incluso un libro sobre la política del conocimiento, sino un viaje intelectual que combina armoniosamente todos estos –y otros– aspectos de la manera en que los científicos han cuestionado el funcionamiento del mundo. Sirve para aprender a pensar y no para atiborrar la memoria de datos, hechos, anécdotas –estos últimos están presentes, pero como elementos funcionales al argumento y no como un simple recurso literario.
En definitiva, el libro de Vissani es un estimulador de reflexiones para leer de principio a fin pero también “por trozos”, dependiendo del tema que más interese en el momento. Esto se debe también a la elección estilística de mantener un tono riguroso pero discursivo, y de presentar los argumentos sin saltos lógicos ni forzamientos basados en el principio de autoridad que harían menos fácil para el lector evaluar críticamente las tesis argumentadas en el libro.
Desde este punto de vista, el hecho mismo de que Vissani hable de pensamiento científico y no de “Ciencia con S mayúscula” es lo primero que debería llamar la atención del lector. Lo que no se dice, pero que se refleja con gran claridad en cada página, es el rechazo a la “divinización” de la Ciencia, es decir, la transformación de un método de exploración del mundo en una especie de divinidad secular que debe ser venerada y no cuestionada. “Me parece”, escribe Vissani, “para llegar al meollo del asunto, que el enfoque del conocimiento científico puede considerarse como una forma evolucionada de esa disciplina mental llamada pensamiento crítico, que nos ayuda a relacionarnos con el mundo con cierto éxito, donde por “mundo” quiero decir: nosotros mismos y los demás, nuestros recuerdos, nuestro tiempo, la naturaleza tal como la percibimos o entendemos, su estructura íntima, las cosas cercanas y lejanas”.
La ciencia como actividad del intelecto humanoEn la reelaboración de la modernidad del antiguo deseo de abrirse al mundo a través de la observación y la experimentación se encuentra otro pilar de este libro: la crítica del racionalismo por el racionalismo mismo y del deseo de someter la realidad a construcciones ideológicas —o más bien, ya que hablamos de Hegel— idealistas. En este punto, dejemos nuevamente espacio para las palabras del autor, quien, comentando las tesis sobre la electricidad formuladas por el filósofo de Stuttgart, escribe: “Observamos cómo una adquisición científica es reinterpretada y reorientada hacia fines distintos de los originales; una operación que aparentemente exalta la ciencia, pero secuestra la discusión y traiciona su espíritu de trabajo en progreso –y por lo tanto, de hecho, la obstaculiza”.
Pensamiento científico y error humanoFinalmente, además de apoyarse en el pensamiento científico como herramienta de conocimiento y en la observación experimental como lente a través de la cual mirar el mundo, Vissani construye el tercer punto de apoyo sobre el que se construye el libro destacando el papel fundamental del error como combustible que alimenta el motor del conocimiento (pero al mismo tiempo advirtiendo contra la elevación del error a una regla a respetar, en lugar de considerarlo un obstáculo a eliminar): "Reconozco que en la práctica es casi inevitable cometer errores... cuando ocurren, el error ofrece la oportunidad de mejorar. Sin embargo, para mayor claridad, creo que es apropiado añadir que la ciencia no pretende vivir con los errores ni encontrar nuevas formas de cometerlos, sino identificarlos y luego corregirlos. Asumir un riesgo de vez en cuando, tanto en la investigación como en otros ámbitos, es ciertamente razonable; "No diría que hay que proceder independientemente de las evaluaciones".
Una invitación a adoptar el método de la cienciaLa capacidad de Vissani para combinar la narrativa de los acontecimientos históricos con la reflexión epistemológica y el análisis del método científico confiere a este libro un valor que va más allá del público especializado (muchos de los cuales, por otra parte, se beneficiarían enormemente de su lectura). Cualquiera que quiera profundizar en el significado del conocimiento científico, comprender su alcance pero también sus inevitables límites, encontrará en estas páginas una herramienta valiosa.
La evolución del pensamiento científico desde la antigua Grecia hasta nuestros días no es un libro que se limite a describir la ciencia, sino una invitación a adoptar su método, a entrenar el pensamiento crítico y a desarrollar una conciencia racional del mundo. En una época en la que cada vez es más difícil distinguir entre conocimiento y pseudoconocimiento, ésta es una lección que no se puede ignorar.
repubblica