Prof. Tadeusz Juliszewski: «El aire siempre contendrá polvo; es importante que comprendamos su origen».

En las discusiones sobre el smog, a menudo olvidamos que las partículas en suspensión son un componente natural de la atmósfera, recuerda el profesor Tadeusz Juliszewski, de la Universidad de Agricultura de Cracovia. El experto explica que no todas las partículas en suspensión constituyen una amenaza, y que la clave está en distinguir entre fuentes naturales y artificiales. También aboga por una información pública precisa y por combatir la desinformación, en lugar de la mera existencia de partículas en suspensión en el aire.
Aunque el tema del smog despierta emociones, el profesor Tadeusz Juliszewski sostiene que el aire nunca estará completamente libre de polvo.
Siempre habrá polvo en el aire que respiramos: en la calle, en el parque, en el coche, en el apartamento, en la oficina e incluso en el hospital , afirma un científico de la Universidad de Agricultura de Cracovia.
Agrega que la presencia de partículas en la atmósfera es un fenómeno natural que existía mucho antes de la actividad humana y siempre estará con nosotros.
Según el profesor, el aire contiene partículas tanto naturales como generadas por el ser humano. El primer grupo incluye polen de plantas, partículas del suelo, polvo del desierto y polvo cósmico, entre otros. El segundo grupo incluye emisiones industriales, de transporte y de calefacción.
No podemos eliminar ni siquiera reducir las partículas que se producen de forma natural, porque la naturaleza es independiente de los humanos. Lo único que podemos hacer es reducir las emisiones que nosotros mismos generamos», enfatiza Juliszewski.
El profesor señala que el debate sobre el smog suele simplificarse excesivamente. Señala que los niveles de emisión no deben equipararse con la exposición humana real.
La cantidad de emisiones de escape medidas mediante métodos de prueba estandarizados nunca equivale a la exposición humana. Al fin y al cabo, ¡nadie respira aire junto a una chimenea o el tubo de escape de un coche! —explica el experto—.
Esto significa que, incluso si una fuente genera una gran cantidad de polvo, no constituye necesariamente un riesgo para la salud. La dilución atmosférica, la composición química y el tiempo de exposición son factores importantes.
Las críticas a la calefacción de leña y biomasa son cada vez más frecuentes en los espacios públicos. El profesor Juliszewski cree que muchas de estas opiniones se basan en malentendidos.
No se trata de minimizar la contaminación atmosférica causada por partículas antropogénicas. Se trata de no dejarnos engañar cuando oímos que la quema de biomasa en estufas o chimeneas modernas y certificadas supone un riesgo para la salud», explica el investigador.
El experto nos recuerda que los dispositivos que cumplen con los estándares de Ecodiseño están rigurosamente probados y son seguros de usar. Sus emisiones son monitorizadas por institutos de investigación acreditados, y los resultados confirman su cumplimiento con las normas europeas. Sin embargo, un uso inadecuado, como la quema de madera húmeda, puede ser problemático.
Ver también:Las soluciones técnicas modernas reducen significativamente la cantidad de partículas emitidas a la atmósfera. Los filtros, ciclones y depuradores capturan eficazmente el polvo industrial, mientras que en los aparatos de calefacción domésticos, el humo se compone principalmente de vapor de agua.
El humo visible de una casa o apartamento que quema leña seca o pellets certificados también es casi exclusivamente vapor de agua. Una vez encendida la chimenea o estufa, incluso el vapor de agua desaparece; no se ven gases de escape por la chimenea , afirma Juliszewski.
El profesor hace un llamamiento al sentido común y a una educación pública exhaustiva. En lugar de asustar a la gente con partículas, deberíamos centrarnos en reducir los niveles realmente nocivos.
El aire que respiramos siempre contiene partículas de origen natural y antropogénico. Las personas siempre estarán expuestas a estas partículas , recuerda el científico.
También destaca que la quema de biomasa en dispositivos modernos que cumplen con los estándares de diseño ecológico no supone una amenaza para las personas ni para el medio ambiente.
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