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Cómo Google canceló el acuerdo de 3.000 millones de dólares con OpenAI sin una adquisición

Cómo Google canceló el acuerdo de 3.000 millones de dólares con OpenAI sin una adquisición

Google acaba de asestarle un duro golpe a OpenAI al frustrar un posible acuerdo de 3.000 millones de dólares y, al hacerlo, consolidó una tendencia en ascenso en la carrera armamentista de la IA en Silicon Valley: la “adquisición sin adquisición”.

Google anunció el 11 de julio que había captado talento clave de la startup de inteligencia artificial Windsurf, en rápido crecimiento, que hasta entonces mantenía un acuerdo de adquisición de 3000 millones de dólares con OpenAI, que ahora ha fracasado. En su lugar, Google está pagando 2400 millones de dólares para contratar a los mejores empleados de Windsurf, incluido el director ejecutivo de la compañía, y obtener una licencia no exclusiva de su tecnología, según Bloomberg.

Al fichar a los cerebros más brillantes de Windsurf, pero sin adquirir la startup en sí, Google logró dos objetivos fundamentales a la vez: anuló el impulso de OpenAI y obtuvo acceso a la valiosa tecnología de inteligencia artificial de la startup.

El anuncio del viernes es solo el último ejemplo de lo que se está convirtiendo cada vez más en la táctica predilecta de las grandes tecnológicas que buscan aumentar su competitividad. Los analistas tecnológicos lo han descrito como una "adquisición sin adquisición", o simplemente, una "adquisición-contratación".

Las guerras de caza furtiva han comenzado

OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, desencadenó el furor actual de la IA en 2022 y ha sido líder en IA generativa desde entonces. Sin embargo, su liderazgo en el mercado se ve cada vez más desafiado por grandes competidores tecnológicos como Google y Meta, y ahora está más claro que nunca que los ingenieros de IA de élite son la moneda más valiosa en esta lucha por el dominio.

Recientemente, OpenAI se ha convertido en un objetivo prioritario. Tras una serie de redadas de talentos de alto perfil por parte de Meta, los ejecutivos de OpenAI describieron la sensación como si "alguien hubiera entrado en nuestra casa y robado algo", en un memorando interno obtenido por WIRED.

El mayor agresor en esta nueva era de "guerras de caza furtiva" ha sido Meta. En abril de 2025, su director ejecutivo, Mark Zuckerberg, admitió que la compañía se había quedado atrás de sus competidores en la carrera de la IA. Sus comentarios desencadenaron una oleada de gastos multimillonaria, marcada por la contratación estratégica de talento. Meta contrató al director ejecutivo de ScaleAI, Alexandr Wang; al principal experto en IA de Apple, Ruoming Pang; y a Nat Friedman, exdirector ejecutivo de GitHub, propiedad de Microsoft; así como a varios empleados de alto nivel de OpenAI, tentados por contratos multianuales millonarios. La compañía está reuniendo a este talento en un nuevo grupo dedicado al desarrollo de superinteligencia de IA, llamado Meta Superintelligence Labs.

El año pasado, Microsoft y Amazon firmaron acuerdos similares de adquisición de personal. Microsoft contrató a destacados empleados de la startup de inteligencia artificial Inflection, incluyendo al cofundador Mustafa Suleyman, quien ahora dirige la división de inteligencia artificial de Microsoft. Amazon contrató a cofundadores y otros talentos destacados de Adept, la startup de agentes de inteligencia artificial.

Esta no es la primera vez que Google se involucra en la contratación por adquisición. El gigante tecnológico firmó un acuerdo similar con la startup Character.AI hace aproximadamente un año, que le otorgó a Google una licencia no exclusiva para su tecnología LLM y permitió que sus dos cofundadores se unieran a la compañía.

Por qué contratar pero no adquirir: una laguna regulatoria

Más allá de ser un simple símbolo de una nueva era en la carrera armamentística de la IA, este aumento en las contrataciones por adquisición revela una nueva estrategia para que las grandes tecnológicas aumenten su dominio del mercado mientras eluden el escrutinio antimonopolio. Esta táctica surge tras un período de intensa presión regulatoria bajo la expresidenta de la Comisión Federal de Comercio (FTC), Lina Khan, cuya administración tomó medidas enérgicas contra presuntas prácticas anticompetitivas en la industria de la IA.

Tanto Meta como Google ya están bajo intenso escrutinio por parte de la FTC.

Meta está a la espera del veredicto de un juicio antimonopolio sobre la alegación de la FTC de que tiene el monopolio de las redes sociales. Google, por otro lado, ha sufrido numerosas derrotas antimonopolio durante el último año, acusado de monopolizar tanto las búsquedas en internet como la publicidad en línea. La compañía está a la espera de los resultados finales de un juicio que podría obligarla a desinvertir en su navegador Chrome.

A principios del año pasado, bajo el liderazgo de Khan, la Comisión también inició una investigación sobre Microsoft, Amazon y Google por sus inversiones en las empresas emergentes de inteligencia artificial OpenAI y Anthropic.

Bajo esta nube de presión regulatoria, parece que la contratación por adquisición está demostrando ser una vía fácil para que las grandes tecnológicas consigan lo que quieren. Las grandes empresas obtienen todo el acceso necesario a la tecnología y al talento investigador de primer nivel de las startups de IA sin tener que pasar por los trámites de una adquisición formal.

De ahora en adelante, le corresponde a la actual FTC, bajo la presidencia de Andrew Ferguson, nombrado por Trump, definir su postura sobre esta práctica. Si bien no se le considera tan intransigente contra las grandes tecnológicas como Khan, Ferguson ha continuado en gran medida las investigaciones de la administración anterior, incluso mientras el presidente Trump recibía a líderes de Silicon Valley en Mar-a-Lago.

La forma en que la FTC de Ferguson y la administración Trump en general decidan responder, o no, a esta nueva ola de lagunas regulatorias determinará el futuro de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses y de la industria de la inteligencia artificial en su conjunto.

gizmodo

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