En China, la industria de la robótica está en crisis con promesas de un mercado de 5 billones de dólares

Una suave locura se apoderó de la Conferencia Mundial de Robótica, celebrada del viernes 8 al martes 12 de agosto en Pekín, justo antes de los Juegos Mundiales de Robótica, programados del viernes 15 al domingo 17 de agosto en el Estadio Nacional de Pekín, sede de los Juegos Olímpicos de 2008. Mientras los oficiales, en mangas de camisa y pantalones negros, paseaban solemnemente entre las gradas, hordas de niños con los colores de sus escuelas se precipitaban hacia el espectáculo.
Aquí, un robot humanoide está lanzando penales. Allá, otros dos participan en una pelea de boxeo. Al lado, comienza una batalla de hip-hop, con robots y bailarines profesionales. Más adelante, la compañía LimX presenta su modelo a escala del AT-ST, una especie de pollo mecánico de Star Wars . Llamado Tron 1, rebota tras cada patada de su anfitrión. Sus diseñadores lo destinan, por el momento, a «exploración industrial, educación, formación e investigación universitaria».
Más allá del entretenimiento, esta importante feria comercial anual ofrece a las empresas chinas de robótica un escaparate excepcional para atraer inversores públicos y privados, clientes potenciales y jóvenes talentos. En tan solo unos años, y gracias al plan "Hecho en China 2025", lanzado en 2015 para convertir a China en una potencia manufacturera de alta tecnología, su industria robótica se ha convertido en una de las más dinámicas del mundo.
Te queda el 87,03% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.
Le Monde