El gobierno del Reino Unido se enfrenta a Google

Uno de los cambios previstos es la introducción de mecanismos que otorguen a los editores mayor control sobre el uso de su contenido en sistemas de inteligencia artificial . Además, el motor de búsqueda más grande del mundo podría verse obligado a revelar cómo funcionan sus algoritmos.

En enero de este año entraron en vigor algunas disposiciones de la Ley de Mercados Digitales, Competencia y Consumidores que pretenden contribuir a la creación de un nuevo orden en el mercado digital.

La autoridad de competencia del Reino Unido ha obtenido la facultad de designar empresas como estratégicamente importantes. Las organizaciones con esta categoría están sujetas a estrictas regulaciones antimonopolio diseñadas para proteger los intereses de los consumidores y promover la competencia leal. Y eso podría ser lo que le espera a Google.

Google sigue siendo el líder indiscutible del mercado en el Reino Unido y gestiona más del 90% de las consultas en Internet.

Google actúa como intermediario, selector y juez. Sus algoritmos determinan qué empresas ganarán visibilidad y cuáles desaparecerán. Por un lado, ofrece potentes oportunidades de promoción, pero por otro, es adictivo y a menudo discriminatorio —afirma Marcin Stypuła, CEO de Semcore, agencia especializada en marketing digital y posicionamiento web—.

Cada actualización de algoritmo puede reducir instantáneamente la visibilidad de un sitio web y echar por la borda años de trabajo. Además, existe el problema de la transparencia. Las empresas a menudo desconocen por qué Google premia cierto contenido y degrada otro. Esto no termina ahí, ya que Google cada vez más se está poniendo en la piel del editor, agregando información y no dirigiendo el tráfico a las fuentes. Esto no solo afecta a los medios de comunicación, sino también a las marcas que invierten en su propio contenido —añade Stypuła—.