Exjefe de PlayStation: basta de gráficos, necesitamos consolas más baratas

Los videojuegos siempre han evolucionado al ritmo de la tecnología. Desde el salto del 2D al 3D, cada generación de consolas trajo consigo un asombro inmediato. Pero hoy, según Shawn Layden, ese impacto se ha diluido: los gráficos ya alcanzaron un nivel tan realista que los avances actuales apenas se perciben.

El exjefe de PlayStation sostiene que el futuro no debería estar en perseguir texturas más detalladas o resoluciones más altas, sino en algo mucho más simple: hacer hardware más barato, accesible y fácil de usar.

Muchos jugadores recuerdan con emoción la primera vez que conectaron una PlayStation o una Nintendo 64. No era solo un salto gráfico: era una revolución. El cambio de lo bidimensional a lo tridimensional transformó para siempre la manera de jugar.

Hoy, en cambio, al comprar una nueva consola, la mayoría de los usuarios perciben solo micro-mejoras: un poco más de resolución, algunos cuadros por segundo adicionales. La emoción se diluye, y como dice Layden, “ya no se siente como antes”.

Layden cuestiona abiertamente si los jugadores realmente distinguen entre 90 y 120 FPS, o si la diferencia entre 4K y 8K justifica el precio creciente del hardware.

Según él, la obsesión con los gráficos ha llevado a una industria estancada, donde cada nueva consola ofrece solo pequeñas variaciones respecto a la anterior, pero con un precio cada vez más alto.

El exdirectivo de PlayStation propone un futuro distinto:

• Consolas más baratas y simples, pensadas para ampliar la base de jugadores.
• Mayor competencia de fabricantes de hardware, no solo los gigantes actuales.
• Juegos AA más accesibles, con menor costo de producción y duración equilibrada.

La idea, según Layden, es que el jugador común prioriza precio y accesibilidad antes que la potencia bruta.

El planteamiento de Layden conecta con una realidad que ya se ve en plataformas como Nintendo Switch: consolas menos potentes, pero con gran catálogo y accesibilidad, han demostrado ser altamente competitivas.

Además, la tendencia de servicios como Game Pass o PlayStation Plus confirma que muchos jugadores prefieren comodidad y variedad sobre gráficos ultra realistas.

La reflexión de Shawn Layden abre un debate profundo en la industria:

• ¿Es momento de dejar de perseguir la perfección gráfica?
• ¿Sería mejor apostar por hardware económico y experiencias accesibles para todos?

Lo cierto es que la magia de los videojuegos siempre estuvo en cómo nos hacen sentir, no en la cantidad de píxeles en pantalla.